Nos sentimos vacíos y no sabemos por qué. Podemos haber logrado éxito en un emprendimiento, es posible que tengamos la relación que deseamos, la casa que soñamos y todo eso nos hace felices. Pero aún así hay un vacío que no sabemos por qué sentimos. Si te sientes así, no estás solo.

La verdad es que Dios nos creó y puso un anhelo por él en nuestro ADN. Si no lo llegamos a conocer de veras, si no tenemos una relación estrecha con él, no importa cuánto logremos en esta vida ni cuántas personas nos rodeen, vamos a sentir un vacío sin saber el por qué. Debes saber que ese vacío está porque falta Dios.

Los seres humanos necesitamos tener esa conexión con nuestro Creador. Tenemos un vacío que está destinado para Dios. Es un anhelo de nuestro corazón por algo trascendente, algo que nos explique la razón de existir. Y nos metemos en muchos problemas cuando tratamos de llenar ese vacío con otras cosas.

Muchos pasan sus vidas buscando algo aparte de Dios que los llene. Buscando algo que le pueda dar sentido a su existencia, pero en los lugares equivocados. Algunos en sus negocios, otros en los deportes, muchos incluso en su familia; otros llegan a las drogas. Pero es un espacio que ha sido reservado para Dios. Por eso sientes vacío.

Sentimos un vacío porque hay un propósito para ello

Debemos tener presente que nuestro tiempo en este mundo es temporal y pasajero. Que es un tiempo en el que nos estamos preparando para ese tiempo sin fin, que es la eternidad al irnos de aquí. En la Biblia leemos que Dios puso la eternidad en nuestro corazón. Por eso la anhelamos y nada puede llenar ese vacío, más que Dios.

Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin.
Eclesiastés 3:11 (RVR1960)

Solo a través de una relación verdadera y constante con Dios lograremos entender por qué sentimos un vacío y que solo Dios lo llena. El por qué sentimos vacío es porque Dios nos puso ese anhelo por llenarlo con Él. Con Su presencia, con una relación estrecha con nuestro Creador.

No te dejes llevar por modas, novedades, adquisiciones, materialismo. Aunque no tiene nada de malo tener riquezas y todo lo que puedes adquirir cuando la tengas o si la tienes, no es bueno hacerlas tu dios o descuidar tu relación con Dios pensando que esas cosas llenan el vacío que está destinado en tu corazón solo para Él y la eternidad a Su lado.