Sea que aprendamos de los errores o no, el aprendizaje es una actitud que es imprescindible en la vida, para no tropezar en el mismo error vez tras vez.

Mantente atento

Cuando leemos la Biblia, podemos llegar a juzgar el comportamiento de Israel, el pueblo elegido de Dios. Cómo se fueron tras otros dioses, o cómo se quejaban cuando eran liberados de la esclavitud de Egipto, o cómo se desviaban del camino y muchos otros ejemplos más.

Sin embargo, nosotros no estamos libres de cometer los mismos errores, aunque tenemos una gran ventaja. Debemos cuidarnos y ser responsables pues conocemos los errores de Israel.

Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos. Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga.
1 Corintios 10:11-12 (RVR 1960).

Somos vulnerables al pecado, seamos quienes seamos, estemos donde estemos, y el creer que no, hace que no estemos en guardia contra la tentación. El enemigo siempre se dará modos de hacernos caer en el pecado, así que debemos estar atentos.

El error tiene un costo alto

Minimizar la tentación o tener excusas ante el pecado tiene un costo alto, por ejemplo, bastó con una copa de alcohol para que un hombre o mujer se convirtiera en un borracho, o una imagen pornográfica o una pisca de droga para el adicto, o el de albergar rencor para que una persona se vuelva un ser amargado.

Aunque sean ejemplos extremos, son realidades que pasaron como inocentes y al final se acrecentaron. Por ello, no dudemos de escapar de tales tentaciones y sobre todo aprender de los errores, ya sean nuestros o el de los demás.

Dios nos da una salida ante la tentación, y aunque no sea fácil es posible soportar y salir en victoria, con la confianza de que no es en nuestra propia fuerza, sino en la fortaleza, misericordia y gracia de nuestro Señor.

No repitamos los errores pasados, más bien cuidémonos y renovemos nuestro compromiso con Dios, quien nos mantiene atentos y lejos de caer en el pecado.

No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.
1 Corintios 10: 13 (RVR 1960).