Al recibir a Jesús como Señor y Salvador, tenemos libertad. Son cinco libertades que podemos disfrutar y de las que debemos estar conscientes. Con esas libertades, viene la responsabilidad de tener un comportamiento apropiado y no desviarnos de los caminos de Dios.
Somos libres de culpa
Jesús la asumió toda y la llevó a la cruz. Gracias a Su muerte y resurrección fuimos librados de todo pecado. Al pedirle que viva en nuestro corazón, tenemos la oportunidad de una nueva vida y la seguridad de la vida eterna. Libres de culpa porque fuimos redimidos por Él.
Por lo tanto, ya no hay condenación para los que pertenecen a Cristo Jesús; y porque ustedes pertenecen a él, el poder del Espíritu que da vida losha libertado del poder del pecado, que lleva a la muerte.
Romanos 8:1-2 (NTV).
Somos libres de la muerte eterna
Con Jesús tenemos el regalo de vida eterna, que no merecemos, pero que Él nos concedió en el momento que lo recibimos como nuestro Salvador. La muerte ya no tiene poder sobre nosotros, porque como Cristo resucitó, nuestra alma vivirá con Él por toda la eternidad.
Pues la paga que deja el pecado es la muerte, pero el regalo que Dios da es la vida eterna por medio de Cristo Jesús nuestro Señor.
Romanos 6:23 (NTV).
Somos libres del temor
Si hay algo que Dios no quiere es que tengamos miedos y temores. Por eso, en la Biblia aparece la frase «no temas» 365 veces, una por cada día del año. Y es que vencemos el temor al tener presente que nuestro Dios es todopoderoso. Nos ama y nos protege. Así como David ante Goliath, no temeremos.
Pues Dios no nos ha dado un espíritu de temor y timidez sino de poder, amor y autodisciplina.
2 Timoteo 1:7 (NTV).
Libres con acceso directo a Dios
Cuando se rompió el velo que dividía el Lugar Santo del Lugar Santísimo en el templo al morir Jesús, eso nos dio acceso directo a Dios. Ya no tenemos que hacer ningún rito ni sacrificio para comunicarnos con nuestro Creador Amado. Es un privilegio que no debemos dar por sentado. Podemos acercarnos a la presencia de Dios.
Por su muerte, Jesús abrió un nuevo camino—un camino que da vida—a través de la cortina al Lugar Santísimo.
Hebreos 10:20 (NTV).
Fuimos liberados del dominio del pecado
El pecado ya no tiene más poder sobre nosotros gracias a la redención que por gracia Dios nos dio en Jesús. Por Su sacrificio tenemos perdón total de nuestras faltas y con Él en nuestras vidas seremos guiados por Sus caminos y no nos soltará ya más. Gracias a ello, podremos tomar mejores decisiones. Su Espíritu vive en nosotros y nos ayuda a hacer Su voluntad.
Pues él nos rescató del reino de la oscuridad y nos trasladó al reino de su Hijo amado, quien compró nuestra libertad y perdonó nuestros pecados.
Colosenses 1:13-14 (NTV).