El agradecimiento siempre debe estar presente en nuestras vidas. El hecho de que algo no nos agrade, nos duela o no sea como esperamos, no es motivo para olvidar todo lo bueno que recibimos del Señor.

Las amargas pruebas

A nadie le gusta pasar por las pruebas, peor aquellas que son duras y que pueden amargarnos la vida. Sin embargo, aun en esas circunstancias Dios sigue estando en control y sigue siendo Dios.

Que las cosas no sean como queremos, no significa que Dios nos ha olvidado, pero a veces, somos nosotros quienes lo olvidamos cuando su respuesta es contraria a nuestros deseos.

Siendo honesto contigo mismo, cuando pasas por pruebas, ¿dejas de alabar y agradecer a Dios? Si es así deberías reflexionar y traer a la memoria aquellas cosas buenas que el Señor te dio aún sin merecerlas.

¡Gracias Señor!

Nuestra fe en Dios no puede depender de cómo nos va o si recibimos respuesta favorable a nuestras peticiones.

A muchas personas se les olvida quién es Dios y piensan que solamente está para complacerlos o para salvarlos de algún apuro; entonces, su fe se vuelve solamente circunstancial. No seas de esas personas y vive todos los días agradecido porque aunque las circunstancias no sean de tu agrado, Dios tiene un plan para tu vida y todo obra para bien.

Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.
Romanos 8:28 (RVR1960).

Detrás de las circunstancias adversas o de una negativa a tu petición puede haber una gran bendición para tu vida, por eso, sé agradecido siempre porque, aunque no nos guste,  las pruebas nos preparan y nos hacen crecer.