Muchas personas terminan su año e inician el siguiente muy felices y agradecidos con Dios porque se sienten reconfortados por Él a causa de todo lo que recibieron.

En otros casos esto no suele suceder, puesto que en muchas ocasiones el dolor, la frustración, el temor, la falta de identidad e inclusive la soledad nos llevan a sentirnos alejados e indignos de recibir algo de parte de Dios.

Vivimos el día a día en un constante apuro, preocupados por la familia, por el presente, por el trabajo, por las finanzas y como si fuera poco hasta por el futuro, algo de lo cual el único que tiene ese control es Dios.

Han sido muchas las veces en las que Dios nos ha querido reconfortar pero también muchas veces a causa de nuestro enojo, afán u orgullo hacemos caso omiso a ese lindo llamado que nos hace.

Cuando estamos viviendo momentos incómodos en la vida buscamos el camino más corto y posiblemente el más fácil de atravesar.

Esto suele suceder cuando escogemos lamentarnos todo un día por una situación buscando culpables en bien de ir a nuestro lugar secreto y descansar en Dios.

Muchas veces no medimos nuestras palabras y resultamos hiriendo a las personas que tenemos a nuestro alrededor en bien de reconfórtalas y amarlas como Cristo lo hace a diario con nosotros.

En ocasiones nuestra inmadurez nos lleva a creer que tenerlo todo a nivel material y financiero es pasar por encima del que sea aún así si ese alguien necesita de un pan para sobrevivir.

¿Cómo ser reconfortados?

Lo primero que debemos hacer cuando estamos atravesando diferentes circunstancias y quiere venir el miedo a paralizarnos, es declarar con la palabra que confiamos eternamente en el Señor.

Jehová es bueno, fortaleza en el día de la angustia; y conoce a los que en él confían.
Nahúm 1:7 (Reina-Valera 1960)

Dios está dispuesto a restaurar nuestro corazón, pero es necesario entender que debemos guardarlo en todo momento para que sea solamente Él quien tenga la autoridad de manejarlo.

Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida.
Proverbios 4:23 (Reina-Valera 1960)

Busca al Señor en todo momento. Dios no es un Dios bombero que solo llega para apagar los incendios de nuestros propios inventos, Él es tu Padre que desea acompañarte en cada paso de tu vida.

Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.
Juan 1:12 (Reina-Valera 1960)

En este día queremos invitarte para que te dejes abrazar de Dios. Hoy el Señor quiere reconfortar tu corazón y limpiarlo de todas las heridas que le han causado.

Sabemos que no es fácil hacerlo y más aún cuando la culpa nos agobia y nos impide dar pasos de fe para alcanzar la misericordia de Dios.

El Padre busca corazones humildes y humillados delante de su presencia, corazones que logren aceptar su voluntad y pueda experimentar su amor genuino.

Deja que Dios hoy te reconforte.