Existe mucha gente que afirma ser creyente, que habla acerca de su fe y de sus principios, pero frente a diferentes circunstancias puede más el dinero, la fama o el qué dirán. En tu caso, ¿vives de acuerdo a tu fe?

¿Tus decisiones están de acuerdo a tu fe?

A veces, sobre todo cuando estamos pasando por una necesidad económica o deseamos encajar en algún determinado grupo, nuestros principios, valores y creencias, pueden verse afectadas si es que no los tenemos claros.

No sirve de nada profesar algo si no lo vivimos, si no lo ponemos en práctica, por eso mismo, el apóstol Pablo le recomienda lo siguiente a Timoteo:

 …Sé un ejemplo para todos los creyentes en lo que dices, en la forma en que vives, en tu amor, tu fe y tu pureza.
1 Timoteo 4:12 (NTV)

Nada impactará más a la gente que una vida coherente porque eso es justamente lo que menos existe en este momento. Vemos mucha gente que traiciona sus principios e ideales por un poco de dinero, son pocos los que se mantienen firmes en su fe y viven lo que predican.