Es un hecho que todos nos pasamos la vida con metas. Queremos lograr una carrera, queremos comprarnos una casa, un auto. Nos queremos casar y tener una familia. Todo eso es plausible y es normal en todos, pero necesitamos cuidar nuestra alma y reconocer su valor.

¿Y qué beneficio obtienes si ganas el mundo entero pero pierdes tu propia alma? ¿Hay algo que valga más que tu alma? Pues el Hijo del Hombre vendrá con sus ángeles en la gloria de su Padre y juzgará a cada persona de acuerdo con sus acciones.
Mateo 16:26-27 (NTV)

Cuando Jesús regrese, leemos en esa porción de la Biblia, que juzgará de acuerdo con nuestras acciones. Nuestras acciones nos dan el tipo de alma que tenemos. Es como el cuento del perro bueno y el malo; el que crecerá será al que más alimentes. Necesitamos implementar la bondad y trabajar con amor para nuestro Dios.

Busquemos a Dios con toda nuestra alma

En todo lo que hagamos, el trabajo que nos toque hacer, hagámoslo como para Dios. No olvidemos que Él fue quien nos lo consiguió, que Él nos ayuda a hacerlo y nos apoya si se lo pedimos. Busquemos a Dios con toda nuestra alma y hagamos el trabajo para Él.

Sin embargo, desde allí, buscarán nuevamente al Señor su Dios. Y si lo buscan con todo el corazón y con toda el alma, lo encontrarán.
Deuteronomio 4:29 (NTV)