Existen infinidad de desafíos que se presentan a lo largo de nuestra vida, pruebas que nos debilitan y nos absorben. Muchas veces parece que jamás acabará el sufrimiento o la preocupación; sin embargo, el que pone su confianza en Dios sabe que hay esperanza.
El Señor no nos prometió una vida sin problemas ni desafíos, al contrario, nos advirtió que nos enfrentaríamos a aflicciones, pero que en Jesús tendríamos paz.
Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo. Juan 16:33 (RVR 1960)
No estás solo en este desafío ni en los que vendrán
Puede ser que hoy estés enfrentando un nuevo desafío, una prueba que te consume las fuerzas y la fe. Acude a Dios, quien es el que da la fortaleza y la esperanza porque este desafío lo superarás con bien.
Entonces me dijo: El Señor dice a Zorobabel: “No es por el poder ni por la fuerza, sino por mi Espíritu, dice el Señor de los Ejércitos Celestiales.
Zacarías 4:6 (NTV)
No luches solo con tus propias fuerzas, con la fortaleza de Dios es mejor. Pídele que te ayude a tener paciencia en este proceso, que te dé sabiduría y que ponga en tu corazón la esperanza que todo mejorará.
Cuando haya pasado la tormenta, recordarás este desafío como algo que te enseñó a depender más de Dios, de tu Padre Celestial.