Es importante que nos instruyamos en todo lo que hacemos o queremos obtener. Por ejemplo, para tener un título profesional invertimos muchas horas de estudio y esfuerzo para lograrlo.
Prepararse es un buen hábito para nuestra vida, en todas las áreas, porque nos abre puertas de oportunidad. En cambio, el que no se instruye se limita a sí mismo.
El esfuerzo que ponemos en logros materiales, de estudio, trabajo y en otras áreas, no debe ser menor al prepararnos para cuando nos presentemos ante Dios; ya que cuando nos presentemos delante de Él seremos juzgados sobre cómo hemos vivido.
Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. Apocalipsis 20:12
NO LO OLVIDES, PREPÁRATE TAMBIÉN PARA DIOS
No sabemos cuándo llegará el día en el que nos presentemos delante de Dios para rendir cuentas, pero debemos estar preparados para ese gran acontecimiento, no con temor sino con gran expectativa.
Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio, así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan. Hebreos 9:27-28
Jesús ya hizo lo más difícil, pagar por nuestros pecados, nos toca esforzarnos para llevar una vida piadosa, transparente y de obediencia a Dios.
Prepárate cada día para tu encuentro con Dios, ¡será maravilloso!