Trabajar juntos para un solo fin es más provechoso; por eso también la unidad es un aspecto importante para el Reino de Dios, para llegar a más gente con el evangelio de salvación y dar las buenas nuevas.

Debemos estar unidos con el Espíritu de Dios, porque nada podemos hacer sin su respaldo ni guía.

Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, este lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. Juan 15:4-5

El Apóstol Pablo, dejaba un encargo importante a los filipenses y hoy más que nunca necesitamos imitarlo:

Solamente que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo, para que o sea que vaya a veros, o que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe del evangelio, y en nada intimidados por los que se oponen, que para ellos ciertamente es indicio de perdición, mas para vosotros de salvación; y esto de Dios. Filipenses 1:27-28 

En la unidad también hay firmeza porque vamos con un solo fin, hay un solo objetivo, y nos alentamos e incluso nos exhortamos cuando andamos mal.

DEJEMOS DE ESTAR SOLOS Y TRABAJEMOS JUNTOS 

Dios no nos salvó para que cada uno haga su vida independientemente a sus propósitos, sino que lo hizo para que sus hijos, en unidad, seamos luz y sal, para propagar la Palabra de Dios y la salvación a través de Cristo.

No te quedes fuera, ni te hagas a un lado, deja en segundo plano tus objetivos personales y únete al de Dios.