Dentro de sus parábolas, Jesús siempre puso ejemplos con los que la multitud se pudiera relacionar. En este caso hablaba de los niños y de los ángeles de Dios. Los ángeles ven el rostro del Padre. Y por eso también nos dejó dicho que debíamos ser como niños para entrar al cielo.
Es importante que seamos siempre bondadosos y generosos con quien sea que nos encontremos. No sabemos si puede ser un ángel encarnado. Y la verdad, debemos estar en acción para Dios para que nos encuentre sirviéndole cuando regrese.
Haciendo eso, siendo gentiles, amables, colaboradores, tendremos más oportunidad de estar seguros de ver algún día el rostro del Padre.
Mirad que no menospreciéis a uno de estos pequeños; porque os digo que sus ángeles en los cielos ven siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos. Mateo 18:10
Por tanto, estemos siempre pendientes de hacer el bien y estar conectados con nuestro Dios. Es así como nos aseguraremos de poder ver el rostro del Padre cuando partamos de este mundo.