“No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres. Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres. No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor.” Romanos 12:17-19
Rendición voluntaria
Konrad Lorenz, naturalista europeo, cuenta que estuvo vigilando en un parque zoológico una lucha entre dos lobos que parecía mortal.
Finalmente, el mayor y más experimentado de los contendientes prevaleció y llevó a su oponente contra la reja donde podía hacer con él como quisiera.
En ese momento el señor Lorenz observó un rasgo que él cree ha sido el medio otorgando por Dios para evitar la extinción de muchas especies de animales. Abandonando la lucha el más pequeño de los lobos dio vuelta a su cabeza, exponiendo las partes vitales de su cuello a las fauces del lobo victorioso.
Los dos permanecieron como estatuas en esta posición por unos momentos, y entonces el vencedor dio media vuelta. «Debe ser un instinto en la naturaleza de las fieras lo que impide al vencedor destruir al vencido cuando este se rinde voluntariamente”, declara el señor Lorenz».
Estar en paz es más importante
La mansedumbre debería mover más fácilmente el corazón de un ser humano que el de un lobo aunque a veces no es así.
En Mateo 11:21 Jesús nos invita ser mansos y humildes para poder hallar descanso para nuestras almas:
“Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas.”
Como humanos siempre queremos estar en lo cierto y ganar todas las discusiones o problemas que tengamos con los demás. Nuestro orgullo hace que prefiramos perder amistades o familia antes de ceder. Creemos que tener la razón lo es todo y sacrificamos nuestra paz interior además de nuestra relación con las personas que amamos.
Olvida la ofensa, da un paso al costado y permite que Dios tome el control de la situación, Él es Juez Justo y tiene cuidado de sus hijos. En cuanto dependa de ti busca la paz.
Recuerda que si es posible, en cuanto dependa de nosotros, debemos estar en paz con todos los hombres, lo que implicará que cada día matemos un poco nuestro orgullo.