Así debe ser, que tengamos presente el agradecimiento a primera hora de la mañana, y en realidad a toda hora. Tenemos un Dios maravilloso, poderoso, bondadoso y generoso por demás que nos ama tanto. Un Dios que provee todo lo que necesitamos. Por ello, agradecidos.
Siempre agradecidos
El agradecimiento debe ser algo que tengamos como estilo de vida. Y la manera de lograrlo es comenzar nuestro día con gratitud a primera hora. Enfocarnos en las cosas por las cuales estamos agradecidos nos hace también felices.
Al estar agradecidos no estamos anhelando o sintiendo carencia. No estamos enfocados en lo que no tenemos o no hemos logrado. Dios nos ama infinitamente. Tanto, que sabiendo que seguimos errando, envió a Su Hijo a ser el pago por nuestras faltas. Eso es amor.
Que Dios sea nuestra prioridad
Nadie nos ama así y por eso, necesitamos tenerlo presente y agradecerle a diario. Hacer nuestra prioridad el tiempo para Él a primera hora y mostrarle gratitud. Antes de cada comida, agradecerle por ella. Antes de cada evento agradecerle porque pedimos Su compañía y Él estará con nosotros.
No olvidemos jamás que todo lo que tenemos nos lo ha dado Dios. Hasta el aire que respiramos. Dios es nuestra esencia, nos dio la vida. El espíritu que vive en nosotros fue dado por nuestro Dios. Y siempre nos escucha. Por tanto, no dejemos de comunicarnos con él y mostrarle agradecimiento a primera hora.
Él sabe lo que es mejor
Tenemos un Dios que le gusta complacernos, cuando pedimos cosas que Él sabe que nos pueden ayudar. Cuando pedimos cosas que nos pueden perjudicar, es probable que no nos responda o que Su respuesta sea negativa. Él sabe lo que nuestras decisiones y deseos nos pueden afectar.
Por tanto, nunca dejemos de agradecerle desde la primera hora al despertar y durante el resto del día por cada persona, por cada experiencia, por cada aprendizaje que nos llegue. Dios es bueno, maravilloso, amoroso, misericordioso y único. A Él sea toda la gloria.
“Estad siempre gozosos. Orad sin cesar. Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.” 1 Tesalonicenses 5:16-18