Muchas veces nos sujetamos de cosas, personas, creencias o circunstancias que no nos llevarán a ninguna parte. Pero tememos soltarlas porque de alguna forma, aunque sean malas, ya son conocidas para nosotros, aun cuando podemos aferrarnos de algo mucho mejor.

No importa en qué área de tu vida estés enfrentando pruebas, si estás agarrándote de una débil rama, que puede ser cualquier cosa, creencia, persona, etc., es hora que la sueltes y te aferres a algo mucho mejor.

Todo en esta vida cambia, nada es eterno y, por eso mismo, nuestra mirada y fe no debe estar en algo pasajero, sino en Aquel nunca cambia, que lo sabe todo y es Todopoderoso, en Jesús, el autor y consumador de nuestra fe.

puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. Hebreos 12:2  

No hay nada ni nadie que pueda brindarnos salvación, ni que pueda guardar nuestras vidas como el Señor.

El Señor es mi roca, mi fortaleza y mi salvador; mi Dios es mi roca, en quien encuentro protección. Él es mi escudo, el poder que me salva y mi lugar seguro. Salmos 18:2 

Si te estás sujetando de una débil rama, es hora de que la sueltes y te aferres al único que puede salvarte y brindarte la ayuda que necesitas.