Es posible, que, como muchos, tengas la mala costumbre de pasarte el día quejándote. Te quejas porque las cosas no te han salido como esperabas. Te quejas porque subieron los precios, porque se te rompió algo, porque se te hizo tarde para otra cosa.

Puede ser que te quejes de que Dios no te escucha. Sientes por momentos que no le importas, y te cuesta en esos momentos creer y tener fe. Más aún te cuesta adorarlo. Pero es precisamente lo que tienes que hacer. En todo momento, bueno o malo, adora a Dios, convencido de que te ama.

Si lo haces, es probable que no solo afines tus oídos a escuchar su dirección. También tu mente y tu corazón. Muchas veces es algo que nos puede parecer absurdo, pero si nos da paz, podemos estar seguros de que viene de Dios. Afina tus oídos.

Afina tus oídos a la sabiduría y concéntrate en el entendimiento.
Proverbios 2:2 (NTV)

Ponte atento y afina tus oídos y tu corazón

Se trata de estar atentos a los deseos de nuestro Creador. Y es lo mejor que podemos hacer, porque su voluntad siempre será mejor para nosotros que la nuestra. De hecho, aunque te parezca ilógico, Él te conoce mejor que tú mismo. Es así. Él te creó y te ama como no te amará nadie.

Tener fe es precisamente estar convencidos y sin dudas del gran amor de Dios. De Su existencia. Y por supuesto de la vida, muerte y resurrección de Jesús. Eso nos hace cristianos. Y al saberlo, al creerlo, tendremos más conexión con Dios y podremos escuchar o sentir Sus indicaciones.

Pues todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios.
Romanos 8:14 (NTV)

Pide a diario a Dios que su Espíritu Santo habite en ti y te dirija y te indique sus deseos. Que estés siempre alineado en el propósito que Él tiene para tu vida, para que te puedas sentir pleno y realizado.