Es raro encontrar a alguien que actúa diferente a los demás. Por ejemplo, es más común que la mayoría de las personas sea influenciada por malos amigos que por buenos; que prefieran enojarse en lugar de resolver un problema pero, recordemos que Cristo nunca fue igual y tampoco lo deben ser sus siervos.

David actúa diferente

“Y añadió el filisteo: Hoy yo he desafiado al campamento de Israel; dadme un hombre que pelee conmigo. Oyendo Saúl y todo Israel estas palabras del filisteo, se turbaron y tuvieron gran miedo.” 1 Samuel 17:10-11 

Recordemos nuevamente la historia de Goliat, un filisteo que medía 2,90 metros, quién salía a desafiar al campamento de Israel en la guerra contra los filisteos. Según las escrituras, el Rey Saúl y todo el pueblo temblaban ante las amenazas de este hombre; pero alguien actuó diferente.

«Entonces habló David a los que estaban junto a él, diciendo: ¿Qué harán al hombre que venciere a este filisteo, y quitare el oprobio de Israel? Porque ¿Quién es este filisteo incircunciso, para que provoque a los escuadrones del Dios viviente?» 1 Samuel 17:25 RVR 1960).

Cuando David llegó al lugar y escuchó las amenazas de Goliat actuó diferente, no se escondió ni tuvo miedo como los demás. Fue el primero que pensó en Dios y esa fue la clave principal para su victoria; no se asustó por su altura, solamente se enfocó en defender el nombre del Señor.

¿Te asecha un problema?

“Venía, pues, aquel filisteo por la mañana y por la tarde, y así lo hizo durante cuarenta días.” 1 Samuel 17:16 

Goliat fue por cuarenta días a desafiar a Israel por la mañana y la tarde, es decir que amenazó al pueblo ochenta veces y ninguno hizo algo para detenerlo; hasta que llegó David y actúo diferente.

Cuando se presenta un problema en tu vida, ¿Qué invade tu mente y corazón? ¿Sientes miedo o piensas en Dios? La mayoría tiembla o busca opciones de escape, pero un hijo del Señor confía primero en Él. Te animo a entregarle tus cargas y ponerlo en primer lugar para la victoria.