Así como las misericordias de Dios son nuevas cada día, tengamos en cuenta que cada nuevo día es un nuevo chance, otra oportunidad para lograr lo que nos falte hacer. Hay una decisión que no debemos dejar para luego. Es la decisión más importante a tomar.
Nuestra vida es breve
El hombre, como la hierba son sus días; florece como la flor del campo, que pasó el viento por ella, y pereció, y su lugar no la conocerá más.
Salmos 103:15-16 (RVR 1960)
Tenemos un tiempo breve en este mundo. Insistimos en eso porque es la verdad. Nuestra vida está determinada y llega a un fin. Pero la esperanza de la eternidad que tenemos como promesa de Jesús nos indica lo que debemos decidir.
En esta vida, puede que lleguemos hasta los cuarenta, o hasta los noventa años. Muchos se van antes, pero es en este tiempo que decidimos dónde y cómo vamos a pasar esa eternidad; por lo que hemos conocido de Jesús, lo más sensato es querer pasar esa eternidad con Él.
Toma hoy la decisión más importante de tu vida
Nuestra vida la pasamos tomando decisiones. No esperes para tomar la más importante de todas. Lo único que debes hacer es arrepentirte de todo lo que hayas hecho mal y pedir a Jesús que entre en tu corazón, perdone tus pecados y te ayude.
Déjale saber que quieres que sea tu Señor y tu Salvador. Así, el día del juicio final, será Él quien se presentará por ti y es a Él a quien Dios ve y no a ti. Dile que crees en Él y en Su resurrección. Así serás salvo. Tendrás la certeza de que pasarás la eternidad con Él.
Esta es la palabra de fe que predicamos: que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.
Romanos 10:8-10 (RVR 1960)
No pierdas la oportunidad para hacer lo que debes. Cada día nos ofrece una nueva oportunidad. Si estás leyendo esto ahora, este mensaje es para ti. Déjanos saber si hoy tomaste esta decisión por primera vez, o la retomaste porque te habías alejado.
