¿Alguna vez te has preguntado cómo debe ser tu tiempo con Dios? Aunque sabemos que Dios está en todas partes y que, por gracia, podemos acercarnos confiadamente, esa pregunta siempre surge en determinados momentos de nuestra vida.
El tiempo con Dios es esencial para poder relacionarnos con Él, para conocer sus planes, sus propósitos, para que podamos conocerlo personalmente.
¿Hay alguna guía para saber cómo debe ser mi tiempo con Dios?
No existe una receta para poder tener un tiempo con Dios de calidad, pero aquí te damos algunos consejos que pueden ser de utilidad:
Separa un momento
Es decir, tú tienes que buscar intencionalmente ese tiempo con el Señor. Cuando estableces tus prioridades el tiempo aparece. Si realmente quieres pasar tiempo con el Señor, encontrarás un momento del día para hacerlo por muy ocupada que sea tu agenda.
Es una decisión, no un sentimiento
Este punto está muy relacionado con el anterior. Tienes que decidir querer ese tiempo con Dios. Si vamos a guiarnos por lo que sentimos rara vez tendremos tiempos con Dios.
Seguramente los deportistas muchas veces no sienten ganas de entrenar, pero tienen que hacerlo si quieren alcanzar sus metas. Si tienes sobrepeso o algún problema de salud y debes quitar alimentos que te gustan, probablemente no sientas que debes dejar de comerlos; pero es importante que lo hagas.
No puedes dejar que los sentimientos guíen tu vida, porque son muy fluctuantes, y si tus decisiones se basan solamente en las emociones, no llegarás muy lejos.
No permitas que se vuelva solamente una rutina
Si bien muchas personas aconsejan separar un tiempo específico del día para dedicárselo al Señor, eso no significa que siempre debe ser igual.
Por ejemplo, ¿cómo te relacionas con tu familia y amigos? ¿Hacen siempre lo mismo o hablan de las mismas cosas, en el mismo orden y con la misma emoción? Seguro que no y eso es justamente lo que nos permite conocernos más y fortalecer los lazos.
Lo mismo con Dios, Él quiere que tengamos una relación personal con Él, que podamos acercarnos confiadamente como a un Padre amoroso, a un amigo fiel.
Evita las cosas que te distraen
El tiempo con Dios no importa cuánto le dediques debe ser un tiempo de calidad, donde no haya cosas que te distraigan como las notificaciones de tu celular o personas que todo el tiempo de hablen y no te permitan disfrutar de ese momento con el Señor.
Por eso mismo se recomienda que nuestros tiempo a solas con Dios deben ser en un lugar privado como nuestra habitación, para que podamos cerrar la puerta y dedicarnos a escuchar la voz de Dios.
No existe un lugar perfecto, pero seguro que si te enfocas en eso, encontrarás un tiempo y lugar adecuados para poder tener ese tiempo con Dios.
Una relación constante
Si bien en el anterior punto decíamos que es importante tener un lugar en el que evitemos las distracciones, lo cierto es que nuestro tiempo con Dios no puede reducirse a unos minutos, sino que debe ser constante.
Cuando apartes ese momento especial, puedes tener tu devocional diario en ese momento, leer la Palabra de Dios, meditar y orar.
Sin embargo, eso no quita que tu tiempo de descanso en el trabajo puedas separarte de los demás y tener un momento con Dios. Puedes hacerlo mientras conduces, cuando estás esperando que te atiendan en algún lugar, etc.
Evidentemente, esos momentos no serán iguales que tu tiempo privado con Dios, pero puedes aprovecharlos perfectamente para seguir en constante comunicación con el Señor.
Escucha
A veces creemos que debemos presentar una lista de peticiones, decirle nuestros anhelos, nuestras necesidad, encomendar nuestras familias, etc.; pero no nos tomamos un momento para conocer qué es lo que Dios quiere decirnos.
No es fácil pero es posible
Muchas veces las personas se rinden en su intento por tener un tiempo con Dios a diario y dicen que no saben orar, no saben por dónde empezar a leer la Biblia, se cansan, etc.
No te rindas, es posible tener ese tiempo si pides a Dios que te ayude a buscarlo, que ponga en ti la pasión por Él, que te ayude a tener dominio propio, que ponga en ti esa sed por conocerlo más.
Dios anhela tener tiempo contigo, así que si se lo pides, Él te ayudará.
Y si no sabes cómo empezar, puedes usar devocionales para meditar en la Palabra. Ellos te darán una guía inicial, son una gran herramienta para tu tiempo con Dios.
¿Y si no soy constante?
Puede ser que, por diferentes motivos, existan oportunidades en las que no puedas pasar ese tiempo con Dios. Si es así, no te preocupes, el Señor no te va a condenar por eso y tú tampoco debes hacerlo.
Si pasaste unos días lejos, vuelve, retoma ese tiempo especial con Dios, no permitas que la culpa o la vergüenza te impidan regresar a tus tiempos con el Señor, Él siempre te estará esperando.
Empieza a tener tiempos con Dios, verás que tu vida y tu relación con Él se transformarán. Puedes empezar por unos pocos minutos y a medida que tu relación con Dios crezca, tus tiempos con Él también lo harán.
Ten en cuenta que si queremos una eternidad con Dios, debemos empezar a pasar tiempos con Él aquí en la tierra y al hacerlo no solo lo conoceremos más, sino que podremos viajar con el equipaje ligero.