Esa es la pregunta que muchos nos harían si les diéramos esa recomendación: «alégrate en los problemas». Y es lógico. Cuando tenemos problemas lo menos que nos apetece o podemos hacer es alegrarnos. Sin embargo, preocuparnos no resuelve nada, ¿no es cierto?
Por tanto, necesitamos reflexionar y recordar lo que nos dice Santiago en su libro en la Biblia. En ese primer capítulo nos dice que es un tiempo para alegrarnos mucho porque se pone a prueba nuestra fe. De eso debemos ser conscientes. En las pruebas, nuestra fe se desarrolla si nos enfocamos correctamente.
“Amados hermanos, cuando tengan que enfrentar cualquier tipo de problemas, considérenlo como un tiempo para alegrarse mucho porque ustedes saben que, siempre que se pone a prueba la fe, la constancia tiene una oportunidad para desarrollarse.” Santiago 1:2
Nos llegamos a parecer a quien pasa más tiempo con nosotros
En ese mismo capítulo nos invita a pedirle sabiduría a Dios y sin dudar porque no debemos estar divididos en nuestra lealtad entre el Señor y el mundo. Hemos visto que Dios nos promete sabiduría si se la pedimos y la manera de adquirirla es pasar más tiempo en conexión con Él.
Nos conectamos con Dios al orar y al leer la Biblia. No solo leerla, reflexionar en ella, pedirle al Espíritu Santo que nos indique qué nos quiere decir hoy, qué debemos aprender. Y mientras más tiempo pasemos a solas con Dios, nos pareceremos más a Él. Porque es un hecho que nos influye todo lo que ocupe mayormente nuestro tiempo.
“Si necesitan sabiduría, pídansela a nuestro generoso Dios, y él se la dará; no los reprenderá por pedirla.” Santiago 1:5
Él se encargará
Y enfocarnos en el gran poder de Dios nos hace sentir victoriosos aún en medio de las pruebas. No dudar de que estamos pasando por dificultades, pero Dios nos acompaña y hará que todo obre para bien. Solo debemos esperar, pero esperar en Él, sabiendo que nos responderá en Su tiempo, no en el nuestro.
Por tanto, sí, alégrate en los problemas, porque están en manos de Dios si los sueltas y Él, que es Todopoderoso, se va a encargar. Ten esa confianza, esa fe y esa certeza, que es la que te puede dar alegría, sin importar lo que esté ocurriendo. Esta no es tu realidad, tenemos una realidad espiritual más importante.