Suena difícil, pero no es imposible. Debe ser nuestra meta hacer todo en nuestra vida con excelencia para Dios, con control sobre nosotros mismos y siendo perseverantes. Perseverando en oración y en el tiempo dedicado a nuestro Dios, para poder ver los frutos.

En vista de todo esto, esfuércense al máximo por responder a las promesas de Dios complementando su fe con una abundante provisión de excelencia moral; la excelencia moral, con conocimiento; el conocimiento, con control propio; el control propio, con perseverancia; la perseverancia, con sumisión a Dios; la sumisión a Dios, con afecto fraternal, y el afecto fraternal, con amor por todos. Cuanto más crezcan de esta manera, más productivos y útiles serán en el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo;
2 Pedro 1:5-8 

Agreguemos a la excelencia, control y perseverancia, el ser sumisos y amorosos

También se nos habla en esa porción de Escritura acerca de ser sumisos ante Dios y sobre amarnos unos a otros. Nos indica que siendo así, seremos productivos, útiles y creceremos en el conocimiento de Dios. Necesitamos nutrirnos de Él en todo momento. Es la manera como debemos vivir.

Hagamos todo lo que nos toca hacer, como tarea, como responsabilidad, como parte de nuestras vidas, como si fuera para Dios. De esa manera buscaremos hacerlo con excelencia, teniendo control de la manera cómo nos comportamos y perseverancia en nuestro caminar con Dios.

Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman.
Santiago 1:12 

Seamos perseverantes en resistir las tentaciones de este mundo. Nos atraen, pero podemos escoger no dejarnos atrapar por ellas. Necesitamos por esta razón estar en constante comunión con Dios, conectarnos con Él en todo momento. Es la manera de fortalecernos.