Cuando pensamos en un lugar seguro, muchas veces se nos viene a la mente un edificio enorme con un sistema de seguridad impresionante o algo que nos proteja y nos mantenga seguros del peligro.
Cualquiera que sea para nosotros un lugar seguro, estamos de acuerdo que es un lugar de refugio, un lugar donde podemos descansar y encontrar la salvación.
¿Cuál es el lugar seguro?
El rey David es un claro ejemplo de alguien que conoció ese lugar seguro. En diferentes circunstancias de su vida, David huyó de personas que literalmente querían matarlo, pero en esos momentos, encontró el lugar seguro. En Dios encontró su sitio de refugio y siempre se sintió seguro.
Solo él es mi refugio, mi lugar seguro; él es mi Dios y en él confío.
Salmos 91:2.
Abre tu corazón
¿Cómo podemos hacer que Dios sea nuestro lugar de refugio? Veamos qué dice la Biblia al respecto:
Dios es mi salvación y mi gloria; es la roca que me fortalece; ¡mi refugio está en Dios! Confía siempre en él, pueblo mío; ábrele tu corazón cuando estés ante él. ¡Dios es nuestro refugio! Salmos 62:7-9 (NVI).
Para que Dios sea nuestro lugar seguro, no necesitamos recorrer largas distancias o pagar algún monto económico. Simplemente debemos pedirle que lo sea; « ábrele tu corazón cuando estés ante él» eso es lo que David hacia todo el tiempo.
Si leemos la Biblia encontraremos a David abriendo su corazón a Dios en cada situación de su vida y pidiéndole que intervenga a su favor.
Por lo tanto, puedes hacer que Dios sea tu refugio simplemente abriendo tu corazón a Él y confiando en su palabra. Recuerda, no necesitas ir a un lugar determinado para hablar con Dios ni necesitas pagar algún monto para conversar con Él. El Señor está en todos lados, está ahí donde tú estás en este momento, dispuesto a escucharte y ser tu refugio seguro.
Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.
Mateo 11:28 (RVR 1960).