Cuando enfrentamos tiempos de dificultad, agradecer parece una cosa imposible y hasta puede sonar extraño, pero debemos ser agradecidos siempre, en lo bueno y en lo malo.

POR ELLA HALLÉ A MI SALVADOR

Se cuenta una historia de un leproso en China.

  • ¡Señor, te bendigo porque me permitiste ser un leproso!
  • Pero… ¿Cómo puede dar gracias a Dios por una desgracia así? – preguntó extrañada la enfermera.
  • Porque por esta enfermedad pude al hospital de la misión y hallé a mi Salvador, y voy al cielo a vivir con el que tanto nos amó.

Él estaba viendo más allá de las circunstancias terrenales, lo importante no era lo que pasara aquí en la tierra sino la vida eterna.

AGRADECE SIEMPRE, EN LO BUENO Y EN LO MALO

La vida no siempre es como queremos, Dios no va a responder siempre afirmativamente a todo lo que le pedimos y no por maldad, sino justamente lo contrario, nos ama tanto que nos alejará de aquello que puede dañarnos.

Pero, sin importar lo que estemos atravesando, sea una enfermedad, una crisis familiar, problemas financieros, etc. podemos confiar en que todo obra para bien para aquellos que aman al Señor.

“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.” Romanos 8:28

No pongas tu mirada en las circunstancias actuales, busca enfocarte en conocer más de Dios y de sus propósitos para tu vida. Enfócate en tu mayor meta que es pasar la eternidad junto a tu Padre.