Al igual que los discípulos, nosotros también hemos sido puestos en este mundo para ser luz y reconciliadores.  Jesús nos dejó esa responsabilidad cuando dijo que nosotros somos la luz del mundo:

“Ustedes son la luz del mundo, como una ciudad en lo alto de una colina que no puede esconderse. Nadie enciende una lámpara y luego la pone debajo de una canasta. En cambio, la coloca en un lugar alto donde ilumina a todos los que están en la casa. De la misma manera, dejen que sus buenas acciones brillen a la vista de todos, para que todos alaben a su Padre celestial.” Mateo 5:14-16 

Cumple con el llamado

No podemos seguir ocultándonos o viviendo en tibieza, Jesús no dijo que nos convertiremos en luz a medida que pase el tiempo, Él dijo que nosotros somos la luz del mundo. La pregunta es: ¿estamos cumpliendo o fallando con esa responsabilidad?

El título «luz del mundo» representa a Jesús, porque Él lo tomó para sí mismo mientras caminó en este mundo (Juan 8:12 y Juan 9:5). Y las escrituras nos dicen que debemos imitar a nuestro Señor Jesucristo (1 Pedro 2:21).

Por lo tanto, debemos alumbrar cada día y la luz que debe reflejar en cada uno de nosotros, los cristianos, es Cristo, pues Él es la luz verdadera.

No solo debemos ser receptores del evangelio, sino también emisores. Es decir, tener una mayor preocupación por las personas que nos rodean y no vivir solamente para nosotros mismos.

¿Cómo ser luz en este mundo?

La respuesta es compartiendo el mensaje de Jesús y su obra en la cruz. Compartir del amor de Cristo es dar dirección a aquellos que han perdido el rumbo para que puedan encontrar el camino a casa; es alumbrarles para que salgan de la oscuridad en la que se encuentran atrapados.

En este mundo aún hay muchas personas que están perdidas y sin rumbo. Entre ellas, familiares y seres queridos cercanos. Empecemos hoy compartiendo el evangelio, el cual es poder de Dios para salvación.

“Pues no me avergüenzo de la Buena Noticia acerca de Cristo, porque es poder de Dios en acción para salvar a todos los que creen, a los judíos primero y también a los gentiles.” Romanos 1:16 

Obedezcamos a Jesús y alumbremos en todo tiempo.