¿Alguna vez has dejado todo por alguien o algo? Carlos tenía un trabajo estable, pero enfrentaba un problema, su esposa vivía en otro país. Su sueño era tener a su familia unida, sin embargo, a pesar de que luchó no pudo llevarla a su lado; entonces, decidió dejar su comodidad para empezar de nuevo junto a ella y su hijo que venía en camino.

Para alcanzar nuestras metas, a veces, debemos realizar muchos sacrificios; en el caso de Carlos tuvo que dejar un trabajo estable, un buen ingreso económico, amigos y otros, para que su familia esté unida. Así mismo, aprendemos a renunciar por amor.

¿Quién ha dejado todo?

Entonces Jesús, mirándole, le amó, y le dijo: Una cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme, tomando tu cruz. Pero él, afligido por esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones.
Marcos 10:21-22 (RVR 1960).

Un joven rico se acercó a Jesús para preguntarle qué más necesitaba para alcanzar la vida eterna, puesto que siempre había caminado rectamente. Pero el Señor conocía su corazón, y el amor que él tenía por el dinero, por lo que le pide renunciar a este; tristemente no pudo, y en lugar de seguir a Cristo prefirió irse.

Los discípulos tuvieron que renunciar

Entonces Pedro comenzó a decirle: He aquí, nosotros lo hemos dejado todo, y te hemos seguido. Respondió Jesús y dijo: De cierto os digo que no hay ninguno que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por causa de mí y del evangelio, que no reciba cien veces más ahora en este tiempo.
Marcos 10:28-30 (RVR 1960).

Los discípulos habían dejado todo por amor al Señor. Pedro tenía su negocio en la pesca, y seguramente una familia cuando Jesús lo llamó; pero él decidió irse sin pensarlo dos veces. Así mismo pasó con aquellos que decidieron seguir a Cristo.

¿Qué dejaste?

La vida de un cristiano es un camino de negaciones y renuncias. Si amamos a Dios no necesitamos que alguien nos diga cómo debemos o no actuar, simplemente actuamos por amor y el deseo que tenemos de agradar al Señor con nuestras vidas.

¿Consideras que has dejado todo por seguir a Cristo? No necesariamente debes dejar a tu familia o trabajo, pero tendrás que renunciar a tu comodidad para orar cada mañana, estudiar la Biblia, quizá a actividades con tus amigos para ir a la iglesia; cuando existe amor, «dejar» no es difícil.

El Señor no olvidará tu esfuerzo y sacrificio, en su Palabra incluso ofrece una recompensa a aquellos que renuncian por amor a Él, menciona «cien veces más» de lo que dejó. No olvides que Dios conoce tu corazón y es justo.