Jesús hizo énfasis en la oración y hasta nos dejó un ejemplo de cómo orar para dirigirnos a Dios. Pero más que insistirnos en la comunicación con el Padre, Él nos enseñó a través de sus acciones lo importante que es hablar con Dios.

La Biblia nos dice que Jesús es Dios, y siendo así, podemos pensar que no tenía la necesidad de orar. Sin embargo, vemos que en ningún momento Él descuidó esta práctica, sino que la cultivó y enseñó a otros al respecto. Su forma de orar nos muestra cómo se relacionaba con Dios y su actitud al pedir.

Según la Biblia, ¿cuántas veces oró Jesús?

Aunque quisiéramos tener un registro detallado de lo que hizo Jesús en su tiempo en la tierra, solo tenemos algunas escenas de su vida que quedaron en los Evangelios. Por esta razón, no tenemos un número exacto de las veces que Jesús oró; pero podemos tener la seguridad de que fueron más. Algunas de las que aparecen en la Biblia son las siguientes:

Después de su bautismo

Cuando Juan terminó de bautizar a todos, Jesús vino y también se bautizó. Mientras Jesús oraba, el cielo se abrió y el Espíritu Santo bajó sobre él en forma de paloma. Luego se oyó una voz que desde el cielo decía: «Tú eres mi Hijo, a quien quiero mucho. Estoy muy contento contigo.» (Lucas 3:21-22)

Orar era parte de su vida cotidiana

A menudo Jesús se retiraba a lugares donde podía estar solo para orar. (Lucas 5:16)

Antes de elegir a sus discípulos

En aquellos días, Jesús subió a una montaña para orar. Allí pasó toda la noche hablando con Dios. Al día siguiente, llamó a sus seguidores y eligió a doce de ellos. A estos doce Jesús los llamó apóstoles. (Lucas 6:12-13)

Cuando anunció su muerte

«Ahora mi alma está muy entristecida. ¿Acaso debería orar: “Padre, sálvame de esta hora”? ¡Pero esa es precisamente la razón por la que vine! Padre, glorifica tu nombre» Entonces habló una voz del cielo: «Ya he glorificado mi nombre y lo haré otra vez». Al oír la voz, algunos de la multitud pensaron que era un trueno, mientras que otros decían que un ángel le había hablado. (Juan 12:27-29)

Siempre que Jesús se dirigía a Dios en oración le llamaba «Padre». En varias oraciones, Jesús reconocía a Su Padre como Señor y Creador de todo; solo en una oportunidad se dirigió a Él como «Dios» y fue en la crucifixión (Mateo 27:46; Marcos 15:34).

Además, Jesús solía acercarse a Dios por medio de la oración a solas, y le llamaba en voz alta únicamente para el beneficio de quienes le rodeaban. Su práctica de la oración nos demuestra que se preocupaba por su relación con Su Padre y no descuidaba su estabilidad espiritual.