En Mateo 18:22-33 encontramos una parábola muy ilustrativa acerca del perdón.
Habla acerca de un rey que decidió poner al día las cuentas con sus deudores. Hubo uno que le debía millones de monedas de plata y no podía pagarle. Entonces el rey ordenó que lo vendieran junto con su esposa, hijos y todo lo que poseía.
El siervo, le rogó que le tenga paciencia, pues iba a pagarle todo. Movido a misericordia el rey decidió perdonarle toda su deuda y liberarlo.
Pero este siervo, saliendo del lugar se encontró con otro de sus pares, que le debía unas pocas miles de monedas de plata, tratándole mal le exigió que le pagara de inmediato; éste le rogó que le dé un tiempo más, sin embargo él no tuvo compasión y lo hizo arrestar hasta que pague toda la deuda.
Quienes vieron lo sucedido, otros siervos, fueron a contarle al rey lo que pasó. El rey llamó al hombre al que había perdonado y le dijo:
“…: Siervo malvado, toda aquella deuda te perdoné, porque me rogaste. ¿No debías tú también tener misericordia de tu consiervo, como yo tuve misericordia de ti?” Mateo 18: 32-33
¿PERDONARÍAS LA DEUDA QUE TIENEN CONTIGO?
El siervo recibió el perdón de una gran deuda, gracias a esto, su familia y él se libraron de la esclavitud. El rey lo perdonó, aunque su deudor solo le pedía más tiempo para cancelar lo que le debía, obtuvo algo mucho mejor, la completa cancelación de su adeudo.
Seguramente este siervo sintió alivio porque le quitaron un gran peso de encima, solo que no aprendió nada sobre el perdón. No dio lo que recibió, sino que actuó injustamente con su deudor, quien le debía una cantidad mucho menor. No escuchó sus suplicas, ni tuvo compasión y lo metió a la cárcel. ¿Qué injusto verdad?
Cada uno de nosotros también recibió el perdón de nuestras deudas con Dios, a través de Jesús, por su sacrificio se nos quitó la millonaria deuda que teníamos con Él.
Aunque parezca difícil debemos perdonar con lo misma misericordia con la que Dios nos ha perdonado. Dejemos libres a nuestros deudores. ¡El perdón cancela el pasado y permite un nuevo comienzo!