Aunque podría interpretarse como una contradicción, cuando realmente se tiene sabiduría, se sabe de la humildad, de sus beneficios y las satisfacciones que trae; porque también es cierto que muchas veces las personas adquieren tanto conocimiento, que se hacen petulantes o creídos.
Eso nos dice que tener mucho conocimiento, estudios, preparación y memoria para las Escrituras no los hace sabios. Hemos visto muchos casos de personas que no han tenido las bondades de una educación universitaria, pero sus valores están tan arraigados, que suelen comportarse con sabiduría.
Lo beneficios de la sabiduría
La sabiduría nos debe dar prudencia, orden, valorar lo que debemos y distribuir nuestro tiempo inteligentemente. No perderlo jamás en discusiones vanas.
La sabiduría nos permite desarrollar la paciencia y nos hace destacar sin necesidad de buscar ser notados.
Sean siempre humildes y amables. Sean pacientes unos con otros y tolérense las faltas por amor.
Efesios 4:2 (NTV).
Nada es realmente nuestro
No debemos jactarnos de nada, ni de los talentos que tengamos, porque son de Dios. Él nos los ha dado, así como nos ha dado todo y nos lo puede quitar si lo deseara. Nada es nuestro para jactarnos de ello. Hagamos todo para nuestro Creador que nos ama incondicionalmente.
El orgullo lleva a la deshonra, pero con la humildad viene la sabiduría.
Proverbios 11:2 (NTV).
Sabiendo del poder tan grande de nuestro Dios y de las maravillas impresionantes que ha creado, no perdamos perspectiva de lo que somos. Somos ante esa creación maravillosa, como una partícula de polvo. Así de insignificantes. Por tanto, seamos muy agradecidos y completamente humildes ante la bondad de Dios.
El agradecimiento que debemos tener por Su inmenso amor, por Su incondicional protección, y todo, si se lo pedimos. No nos impone nada. Seamos humilde ante la majestad sin igual de nuestro amado, venerado y poderoso Dios. El mismo que es el Alfa y la Omega, el principio y el fin.