No nos cansaremos de predicar la esperanza que tenemos en Dios y sobre Su gran amor, porque es grandioso lo que nos da. No es que al hacernos cristianos no vayamos a tener más problemas, pero conocerlo y tener esa relación, nos da una actitud totalmente diferente para enfrentar la vida y sus sinsabores.

Y es un hecho que al recibir a Jesús y saber y entender lo que significó el entregar Su vida por nosotros, la mayoría de las personas queremos servirle y usar nuestros talentos. No es como para pagarle, es para retribuirle, es que sentimos que merece todo lo que podamos hacer para Él, aunque no lo necesite.

Trabajen de buena gana en todo lo que hagan, como si fuera para el Señor y no para la gente. Recuerden que el Señor los recompensará con una herencia y que el Amo a quien sirven es Cristo;
Colosenses 3:23-24 (NTV)

La idea tampoco es hacerlo para buscar la mayor recompensa

Y no es que debamos hacerlo por la recompensa. No. La verdad es que la vida es un gran obsequio y conocerlo y tener una relación con Él ya es una magnífica recompensa. Su gracia es invaluable y esa paz que nos da cuando lo buscamos, cuando estamos en aprietos y pronunciamos Su nombre.

El sentir Su presencia junto a nosotros, la seguridad que nos da, saber que el Único y Todopoderoso Dios está de nuestra parte, nos debe quitar todo temor.

Recordemos a David, quien, siendo un chiquillo ovejero, enfrentó a Goliat, un gigante al que todo un ejército temía. Pero David lo venció porque estaba seguro, convencido totalmente de que Dios lo respaldaba. Y de esa misma manera te respalda a ti.

Tú vienes contra mí con espada, lanza y jabalina, pero yo vengo contra ti en nombre del Señor de los Ejércitos Celestiales, el Dios de los ejércitos de Israel, a quien tú has desafiado.Hoy el Señor te conquistará, y yo te mataré y te cortaré la cabeza.

Y luego daré los cadáveres de tus hombres a las aves y a los animales salvajes, ¡y todo el mundo sabrá que hay un Dios en Israel!Todos los que están aquí reunidos sabrán que el Señor rescata a su pueblo, pero no con espada ni con lanza. ¡Esta es la batalla del Señor, y los entregará a ustedes en nuestras manos!
1 Samuel 17:45-47 (NTV)

Esa historia en la Biblia nos deja ver que Dios no busca al más apropiado ante los ojos del hombre. Dios ayuda, respalda y pelea por el que le pide ayuda, el que lo busca, a todos nosotros que buscamos tener una relación con Él. Debemos estar convencidos del gran poder de Dios. Nuestro Dios sigue activo, sigue vivo entre nosotros. Pero solo nos pide fe.

Con fe, como dijo Jesús, del tamaño de una semilla de mostaza, podemos hacer cosas extraordinarias. Creer en nuestro Dios y Su gran poder, no el nuestro, es fe y es lo que cambia las cosas. Necesitamos cultivar nuestra fe acercándonos cada día más a Dios y creyendo, sin dudar, de Su amor y Su gran poder.

Y si hacemos todo lo que estamos asignados a hacer, nuestras labores en casa, en nuestro trabajo, nuestras relaciones con amistades, con la familia; si lo hacemos todo como para Él, tenemos la promesa de que nos compensará con una herencia. Y Dios siempre ha cumplido Sus promesas. Por tanto, créelo y sigue haciendo todo como para el Señor.