Los días pasan y la oportunidad de ser salvos es cada vez menor. Si bien nadie sabe la fecha y la hora del retorno de nuestro Señor Jesucristo, las Escrituras aseguran que estamos en los últimos tiempos.
En un abrir y cerrar de ojos
Pero permítanme revelarles un secreto maravilloso. ¡No todos moriremos, pero todos seremos transformados! Sucederá en un instante, en un abrir y cerrar de ojos, cuando se toque la trompeta final. Pues, cuando suene la trompeta, los que hayan muerto resucitarán para vivir por siempre. Y nosotros, los que estemos vivos, también seremos transformados.
1 Corintios 15:51-52 (NTV).
Como nadie sabe la hora y la fecha, cuando se toque la última trompeta, no habrá más oportunidad de cambiar nuestro destino final porque todo ocurrirá en fracción de segundos, en un abrir y cerrar de ojos. En ese instante no habrá tiempo para arrepentirse ni para suplicar perdón.
Por esa razón, la oportunidad de ser salvos es cada vez menor. Cada día que pasa es un día menos para arrepentirse. Si aún no lo has hecho, no esperes hasta mañana, porque no sabes cuando puede ser la última oportunidad.
Si ya tienes a Cristo en tu corazón, no dejes de vivir para Dios y esperar su retorno preparado, con tu lampara encendida y en obediencia a Su palabra, compartiendo el mensaje de salvación y sirviendo en la obra del Señor.
Dios no quiere que nadie se pierda
Dios no quiere que nadie se pierda y por esa razón es paciente con cada uno de nosotros. Él quiere que todos se salven y vengan al arrepentimiento. La Biblia dice que sus misericordias son nuevas cada día y si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar.
Para que este mensaje llegue a las personas, es necesario compartir el evangelio para que por medio de nosotros la obra salvadora de Jesús llegue a todas partes del mundo. Él dijo lo siguiente al respecto:
Vayan por todo el mundo y prediquen la Buena Noticia a todos. El que crea y sea bautizado será salvo, pero el que se niegue a creer, será condenado.
Marcos 16:15-16 (NTV).
No olvides que la oportunidad de ser salvos es cada vez menor y por esa razón debemos obedecer el llamado de Jesús, ya sea para arrepentimiento o para predicar el mensaje de salvación.
Que hoy nuestro anhelo sea buscar a Jesús y seguirlo obedeciendo cada uno de sus mandamientos.