Las pruebas se presentarán a lo largo de nuestra vida, de un modo u otro, nuestra fe pasará por circunstancias en las que se afirmará o se moverá.
La prueba es dolorosa
Jairo, que era principal de la sinagoga, buscó a Jesús y le rogó que entrase a su casa porque tenía una hija única, como de doce años, que se estaba muriendo. Mientras ellos iban a su casa, vino alguien a decirles que su hija ya había muerto.
Pero Jesús le dijo a Jairo: « No temas; cree solamente, y será salva.» Lucas 8:50 y entrando a su casa, vieron que todos lloraban y se lamentaban por la muerte de la niña.
Pero él dijo: No lloréis; no está muerta, sino que duerme. Y se burlaban de él, sabiendo que estaba muerta. Mas él, tomándola de la mano, clamó diciendo: Muchacha, levántate. Entonces su espíritu volvió, e inmediatamente se levantó; y él mandó que se le diese de comer. Y sus padres estaban atónitos; pero Jesús les mandó que a nadie dijesen lo que había sucedido. Lucas 8:52-56
Para los padres un hijo es lo más preciado, pues desde el nacimiento ese pequeño bebé, se gana el corazón de sus padres por completo por la ternura e inocencia que tiene. Es por eso que cuando ellos enferman la preocupación es grande y buscan con desesperación ayuda.
Jairo pasó por un gran dolor, una gran prueba de fuego, lo más preciado para él, su hija, había enfermado y muerto. Pero, Dios respaldó la esperanza que puso en el poder que Jesús tenía para sanarla, él creyó cuando el Maestro le dijo “No temas, cree solamente” y su hija sanó y volvió a la vida.
Ten fe
El Señor nos invita a acudir a Él en todo tiempo y más aún cuando todo parece haber acabado, para que por medio de la fe nosotros recibamos los milagros que tiene preparados.
Si tu fe está a punto de caer y las circunstancias te hacen ver que no hay nada que hacer, no te desanimes, muchas veces son necesarias las pruebas para que nuestra fe se active y experimentemos el poder de Dios.
¡No te rindas hasta ver la mano de Dios en la prueba!