Es asombroso que hay tantas personas como el rey Nabucodonosor, a quien Dios le dio demostraciones de su poder y le costaba tanto creer. Sin embargo, el tiempo de Dios es perfecto y a su debido tiempo, tuvo que reconocer que solo ese Dios es capaz de hacer milagrosas maravillas.

En las historias de la Biblia vemos tantos ejemplos magníficos de cómo Dios usa a personas comunes. Gente con fallas, que ha cometido errores. Eso nos da esperanza y nos hace entender que a nosotros también nos puede usar.

En el libro de Daniel vemos esa dificultad de no ver las pruebas de Dios.

“A estos cuatro muchachos – (Daniel, Ananías, Misael y Azarías), Dios les dio conocimiento e inteligencia en todas las letras y ciencias; y Daniel tuvo entendimiento en toda visión y sueños.” Daniel 1:17 

Dios tiene la capacidad y los talentos

Dios escoge a Su gente, decide quién le sirve y cómo. Él sabe con anticipación lo que va a pasar. Pero todo ha cambiado tanto, que Su comunicación ya no es tan directa como antes. Sin embargo, Él sigue haciendo milagros si estamos abiertos a verlos. Y no necesitamos pedirle pruebas.

“Daniel respondió delante del rey, diciendo: El misterio que el rey demanda, ni sabios, ni astrólogos, ni magos ni adivinos lo pueden revelar al rey. Pero hay un Dios en los cielos, el cual revela los misterios, y él ha hecho saber al rey Nabucodonosor lo que ha de acontecer en los postreros días. He aquí tu sueño, y las visiones que has tenido en tu cama.” Daniel 2:27-28 

Nuestro sin igual Dios nos da talentos y capacidades que a veces pueden parecer inexplicables. Solo debemos estar dispuestos a servirle. Si no te sientes capacitado, recuerda que Dios no te pone sin ayudarte a lograr lo que necesita de ti. Por tanto, confía en Él. Es un Dios asombroso.

¿No echaron a tres varones atados dentro del fuego? Ellos respondieron al rey: Es verdad, oh rey. Y él dijo: He aquí yo veo cuatro varones sueltos, que se pasean en medio del fuego sin sufrir ningún daño; y el aspecto del cuarto es semejante a hijo de los dioses. Daniel 3:24-25 

Así como ese rey Nabucodonosor, podemos negarnos a ver las pruebas que Dios nos da. Pero si lo hacemos, terminaremos como él, alabando a Dios, glorificándolo y engrandeciéndolo. Porque Dios es solo uno y como Él ninguno. Despierta cada día alabándolo y dando gracias por tu vida.