Es un dicho que sigue teniendo vigencia y es usado frecuentemente. La palabra cortesía viene dada, porque en la vida de la corte de los reyes, quienes participaban eran llamados cortesanos, e hicieron su propio código de cortesía.

Ese código se comenzó a transformar en la Edad Media cuando las cruzadas. Mientras los caballeros salían al combate, las mujeres se encargaban de la educación de sus hijos y a los varones, les enseñaban las normas del buen trato para su uso en la corte. Cumplir esas normas garantizaba una mejor vida.

Corteses y valientes

Podemos llevar este dicho a nuestro caminar como cristianos. Evidentemente debemos ser corteses, gentiles, como lo fue nuestro Jesús. Pero es cierto que nos mostró que tenemos que ser valientes cuando la situación lo amerita.

“Jesús entró en el templo y comenzó a echar a todos los que compraban y vendían animales para el sacrificio. Volcó las mesas de los cambistas y las sillas de los que vendían palomas.” Mateo 21:12 

Y es necesario con muchas personas, poner fronteras, límites. Debemos lidiar con muchos temperamentos diferentes en la vida y es buena práctica aprender a tratarlos con valentía. Podemos pedir a nuestro Dios que nos ayude a ser gentiles y a mostrar Su amor y Su gracia a diario con todos.

Hay caracteres con los que tenemos que ser valientes

También debemos pedirle en nuestras oraciones que nos dé esa valentía que mostró para cuando sea necesaria. Sobre todo, para atrevernos a hablar con las personas acerca de Jesús. Sin ser obsesivos, pero siendo amenos, claros y mostrando esa paz y gozo que les puede invitar a preguntar sobre nuestro Dios.

Mi mandato es: “¡Sé fuerte y valiente! No tengas miedo ni te desanimes, porque el Señor tu Dios está contigo dondequiera que vayas” Josué 1:9 

Nunca olvidemos eso, que Dios está con nosotros donde quiera que vayamos; pero como es cortés, no se impone, espera que lo invitemos. No dejes de invitarlo a tu vida cada día. Pídele que te respalde, que te de sabiduría y te permita ser gentil como Él y mirar a todos con Sus ojos.