“Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.” Romanos 8:1
¿Ninguna condenación?
Para no recibir condenación, debemos ser uno con Cristo, Él debe ser nuestra cabeza y quien guíe nuestra vida. Ningún miembro de nuestro cuerpo tendría que ser desobediente cuando tenemos al Señor como cabeza.
Cuando no estamos en Cristo vamos en pos de la condenación, el estar lejos de Dios para siempre. Esta es una clara advertencia, y cuando nos presentemos delante del Señor no tendremos ninguna excusa, así que hoy es un buen día para creer en Jesús como Salvador.
“El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.” Juan 3:18
Cristo fue quien llevó la condenación que cada uno de nosotros merecía, y nos dio una nueva vida en Él. Entonces, hemos recibido de Dios por gracia algo que ninguno de nosotros puede hacer, justificarnos delante de Él.
“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.” 2 Corintios 5:17
Cristo es tu redentor, no tu condenador
Si estás en Cristo, nada te puede separar de su amor y sacrificio. No hay pecado que no pueda ser perdonado, no hay situación en la que estés solo, pues el Señor va contigo abriendo puertas y preparándote para un mejor futuro.
¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aún, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros. Romanos 8:34
¿Hay alguien más en esta vida que pueda cambiar la condenación por vida eterna? Solo Dios nos da por gracia esta oportunidad. No la desaprovechemos, ni tengamos en poco el sacrificio de Cristo, mantengámoslo en primer lugar en nuestra vida y como el centro de todas nuestras decisiones.