Si eres de las personas que se esfuerza por hacer buenas obras y muchas cosas más para lograr alcanzar la salvación, tenemos buenas noticias: No tienes que hacer nada, solamente cree en Jesús.
La llave que no funcionaba
José Luis Martínez, en su libro de Ilustraciones Selectas, cuenta acerca de un grupo de amigos que consiguió permiso del dueño de una hermosa finca para realizar una fiesta en su jardín.
El dueño les dio la llave de la puerta de entrada. Uno de ellos la metió en el agujero de la cerradura y procuró hacerla girar, pero todo fue en vano. Dio la llave a otro para ver si tenía mejor resultado, pero tampoco pudo abrir; probó un tercero, pero tampoco logró que la cerradura cediera.
Fueron a llamar al dueño, el cual corrió con la seguridad de que no tendría ningún problema en abrir una puerta que tantas veces había abierto sin la menor dificultad. Al llegar ahí trató de girar la llave pero no pudo. ¿Qué fue lo que pasó? ¡La cerradura estaba abierta y ellos trataban de hacer lo que ya estaba hecho!
Consumado es
“Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu.” Juan 19:30
Con esas palabras, Jesús dejó claro que ya había hecho todo lo que se necesitaba para salvarnos, entonces, ¿por qué desgastarnos tratando de hacer algo que Él ya hizo por nosotros?
Deja de seguir intentando por tus fuerzas y acepta el regalo tan valioso que se nos otorgó por gracia; acéptalo y vive honrando ese sacrificio tan grande.
“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.” Efesios 2:8,9