Cuando nos sintamos derrotados, frustrados o molestos porque las cosas no andan bien, porque no salieron como lo esperábamos, nunca nos olvidemos de las bondades de Dios. No podemos dejarnos llevar por esos momentos. Recordemos siempre las cosas buenas.

Que todo lo que soy alabe al Señor; con todo el corazón alabaré su santo nombre. Que todo lo que soy alabe al Señor; que nunca olvide todas las cosas buenas que hace por mí. Salmos 103:1-2 

Cada uno de nuestros días debemos amanecer dando gracias por las bendiciones de nuestro Dios, ya que son muchas. Estamos muy mal acostumbrados, digamos, consentidos y no lo reconocemos. Damos por sentadas todas las cosas que no tiene todo el mundo.

Nos levantamos y encendemos la luz. Abrimos el grifo del agua y sale. Vamos a la nevera y hay alimentos. Somos bendecidos y no lo reconocemos muchas veces. Sentimos que es parte de la vida. Reflexionemos!! Hay muchas personas que no tienen esos beneficios. Nunca nos olvidemos de lo bendecidos y afortunados que somos.

Dios nos ama de una manera sin igual, nos ha dado todos esos beneficios y debemos ser agradecidos por ellos. Al levantarnos y antes de dormirnos debemos conectarnos con nuestro Dios para darle gracias y dejarle saber que nunca nos olvidamos de su amor y bondad.

NO SOLO DE SUS BENEFICIOS, NUNCA NOS OLVIDEMOS DE SU PODER Y SOBERANÍA

Una vez más te digo que cuando sientas que todo va mal de acuerdo a tus planes, nunca te olvides de la soberanía de Dios. Él nos da y Él nos quita, pero siempre debemos seguir alabándolo, porque fuimos creados por Él y sabemos de su gran poder.

Nos frustramos porque nos parece injusto que un buen muchacho muera, sea accidentalmente o sea por imprudencia de él. Pero no fue Dios quien lo hizo; sin embargo, siempre buscamos a quién echar la culpa y terminamos preguntando: ¿por qué Dios lo permitió?

¿Quién puede ordenar que algo suceda sin permiso del Señor? ¿No envía el Altísimo tanto calamidad como bien? Entonces, ¿por qué nosotros, simples humanos, habríamos de quejarnos cuando somos castigados por nuestros pecados? Lamentaciones 3:37-39 

Nunca tendremos todas las respuestas. Pero algo sí debemos tener claro: no somos Dios y hacer ese tipo de preguntas nos pone en una posición como de sentirnos mejores que Dios y eso es muy peligroso. Dios es soberano y puede que permita cosas que no nos agraden.

Pero jamás olvidemos que este mundo no es como Él lo creó y quiso para nosotros. Nos otorgó el libre albedrío y tenemos que ser cuidadosos con las decisiones que tomamos. Nunca nos olvidemos de su soberanía, pero sobre todo, de su infinito e inigualable amor.