Es necesario tener el oído dispuesto a escuchar, y oír por la mañana a Dios es lo mejor que podemos hacer al empezar el día.

David antes y después de llegar a ser rey buscaba a Dios de todo corazón, su confianza no menguó. Aunque tuvo desaciertos que pudieron alejarlo del Señor, no retrocedió porque su alma necesitaba de Él, su comunión hizo que fuera dependiente de Dios.

Hazme oír por la mañana tu misericordia, Porque en ti he confiado; Hazme saber el camino por donde ande, Porque a ti he elevado mi alma.  Salmo 143:8 

En el Salmo 143, una vez más David clama a Dios, y le pide que le haga oír de su compasión para que tuviera la seguridad de los pasos que tiene que dar.

Muchas veces tomamos decisiones sin consultar a Dios, al calor de las emociones o sin pensar. Pero es necesario que estemos en sintonía con nuestro Padre, porque nadie más que Él sabe qué es mejor para nosotros.

¿CÓMO PUEDES OÍR POR LA MAÑANA A DIOS?

Oímos cuando estamos dispuestos a escuchar, cuando estamos conscientes de que nuestra vida no depende de nosotros mismos, sino de Dios.

Y vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán, si oyeres la voz de Jehová tu Dios. Deuteronomio 28:2 

Oír por la mañana a Dios y seguir su dirección nos llevará a dar buenos pasos, a evitar caer en el pecado y vivir bajo su voluntad.

No salgas de tu casa sin antes haber hablado con Dios y oído su Palabra.