Puede que haya algunos que no se sienten cómodos con orar fervorosamente, con adorar con todo lo que se tenga cuando alabamos a Dios. Pero es la manera en que muchos expresamos el amor que tenemos por nuestro Dios.

Deja la crítica

Dejemos de mirar con ojos críticos y pidamos a Dios que nos permita ver con Sus ojos. De esa manera, probablemente veremos con dulzura y amabilidad a las personas que oran con fervor confianza y autoridad.

“En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor.” Romanos 12:11 

Dios nos pide que hagamos nuestras peticiones con fervor, con súplica y no olvidando a todos nuestros amigos, familia, hermanos. Pide que seamos constantes con las súplicas, con la oración y pensando siempre en otros al hacerlo.

“En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor; gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la oración; compartiendo para las necesidades de los santos; practicando la hospitalidad.” Romanos 12:11-13 

El ejemplo de Jesús orando muchas veces a solas

Necesitamos dar prioridad a nuestro Dios. No digas que no tienes tiempo. Haz el tiempo, distribuye el tiempo para dedicarle a Dios. Orar sin cesar es lo que debemos hacer si somos seguidores de Cristo Jesús. Es lo que nos enseñó. En toda la lectura bíblica vemos cuántas veces se retiraba Él a orar.

Y muchas veces oraba solo, apartado de todo para poder concentrarse realmente en Su conversación con el Padre. Sigamos Su ejemplo. En cualquier rincón de nuestro hogar encontrémonos con nuestro Dios y pidamos Su presencia. Hablemos con Él de corazón.

Dios quiere que tengamos una relación real, constante, sentida con Él. No porque Él lo necesite, sino por cuánto nos ama. Estemos claros en eso y busquemos el tiempo. Seamos diligentes distribuyendo nuestro tiempo y dando prioridad al tiempo con Dios.

“Nunca dejen de orar. Sean agradecidos en toda circunstancia, pues esta es la voluntad de Dios para ustedes, los que pertenecen a Cristo Jesús.” 1 Tesalonicenses 5:17-18