Muchas veces nos hemos desilusionado al ver que alguien nos miente, dice algo pero sus actos demuestran otra cosa. Si fueras puesto a prueba, ¿la pasarías?

“Para que nadie pueda criticarlos. Lleven una vida limpia e inocente como corresponde a hijos de Dios y brillen como luces radiantes en un mundo lleno de gente perversa y corrupta.” Filipenses 2:15 

PUESTO A PRUEBA

Un cobrador del tren devolvió algunas monedas demás a uno de los viajeros, quien era un joven predicador.

El viajero por un instante se sintió tentado de quedarse con ellas, pero haciendo caso al Espíritu Santo las devolvió.

  • Gracias, joven – dijo el cobrador-  No crea que fue distracción mía. Ayer por la noche estuve en el templo para oírlo predicar. Al reconocerlo hoy pensé en probarlo. Ahora sé que es verdad lo que lo oí predicar.

Y TÚ, ¿PASARÍAS LA PRUEBA?

Algo que no tomamos en cuenta es que siempre estamos siendo observados y probados, la gente siempre va a querer saber si lo que decimos es verdad y no hay mejor forma que probando nuestros actos.

Siempre es más fácil decir que hacer, pero el vivir en coherencia entre lo que decimos y hacemos puede ser fundamental para que alguien se salve o se pierda. Y seguramente es algo que ya sabías, pero ¿eres consciente de eso como para pasar la prueba en cualquier momento?