La paciencia es una de las virtudes del espíritu, y una de las más difíciles de tener para la mayoría. Es esperar y a muchos la espera nos desespera. Sin embargo, Dios nos invita a tener esa paciencia que nos cuesta tanto. Es lo que nos hace controlarnos y definitivamente tener control propio es esencial.
“Mejor es ser paciente que poderoso; más vale tener control propio que conquistar una ciudad.” Proverbios 16:32
Dios tiene mucha paciencia
Dios ha sido y sigue siendo tan paciente con nosotros. Tenemos la tendencia siempre de desviarnos y hacer las cosas mal. Disfrazamos los comportamientos y justificamos tantas cosas que hacemos mal. Necesitamos reconocer la paciencia de Dios y ejercerla en la vida.
En realidad, no es que el Señor sea lento para cumplir su promesa, como algunos piensan. Al contrario, es paciente por amor a ustedes. No quiere que nadie sea destruido; quiere que todos se arrepientan. 2 Pedro 3:9
Dios quiere que todos seamos salvos y por eso no regresa aún a la tierra. Ya vino, y prometió que volverá. Estamos esperando en Él. Mientras tanto, debemos ir perfeccionando nuestro comportamiento. Buscar siempre los caminos correctos, las buenas acciones.
Ríndete a Él
Siendo mejores seres humanos complacemos a Dios. Amando a otros es como impactamos sus vidas. Mostrando ese amor de Cristo, esa bondad y generosidad que Él sigue teniendo por nosotros. Siendo agradecidos y rindiendo nuestros deseos egoístas.
En realidad, necesitamos rendirnos totalmente a Dios para verlo actuar en nuestra vida. Es cuando no sabemos qué más hacer que realmente lo buscamos. Y es entonces, totalmente rendidos que nos muestra cuánto le importamos. Gracias tenemos que dar cada segundo de nuestra existencia.
Aprendamos a ser poderosos con paciencia, a tener control sobre nuestros pensamientos, sentimientos y palabras. Tratemos de ser cada día mejores personas. Es una mejor manera de vivir. Es una forma más alegre y ligera, teniendo la conciencia tranquila y el corazón repleto.