Las muchas actividades diarias y las responsabilidades que asumimos pueden tenernos distraídos de lo que realmente importa, por eso, debes prestar atención y no olvidarte de tu alma.
No te olvides de tu alma
Una madre estaba llevando a su hija a la cama, cuando ésta empezó a sollozar con gran desconsuelo.
– June – le dijo la madre – ¿Qué es lo que te pasa?
– Te has olvidado de mi alma – dijo la niña llorando.
– ¿Tu alma? – respondió la madre – ¿Qué quieres decir?
– Que cuando me has puesto en la cama no hemos dicho la oración.
Después que June estuvo dormida, su madre pensó seriamente en las palabras de la niña, y se preguntó si en medio de sus muchas actividades y responsabilidades, su propia alma, así como la de la niña, no quedaban descuidadas.
Cuando las muchas ocupaciones nos distraen
Es muy probable que los deberes, las preocupaciones y las muchas actividades que tenemos nos agoten al punto de querer llegar a casa y dormir sin pensar en nada más.
Sin embargo, es muy probable que estemos perdiendo de vista algo realmente importante: nuestra alma.
La importancia del alma
Si eres de los que se preocupa por tener riquezas, por la fama, por las posesiones materiales y has estado dedicando todo tu tiempo y fuerzas a eso, mira lo que dice
Marcos 8:36:
Porque ¿Qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? (RVR1960).
Todos deberíamos cuestionarnos acerca de cuánto tiempo le dedicamos a las cosas que trascienden lo material, lo terrenal y cuántas a lo espiritual.
Quizás hace mucho no oras ni lees la Biblia, tal vez has estado dedicándote sólo a acumular riquezas materiales y a vivir el ahora; si es así, vamos, presta atención y no te olvides de tu alma porque todo lo demás pasará.