Si de verdad quieres ver cambios en tu vida o familia, necesitas estar a solas con Dios y llenarte de Él. Primero Dios y luego lo demás. «Pero tú, cuando ores, apártate a solas, cierra la puerta detrás de ti y ora a tu Padre en privado. Entonces, tu Padre, quien todo lo ve, te recompensará.» (Mateo 6:6)
EL EJEMPLO DE JESÚS
Los evangelios nos muestran que el éxito personal y ministerial de Jesús fue la oración. Y ese fue el ejemplo que nos dejó. «Jesús se hacía cada vez más famoso. Mucha gente se reunía para escuchar su mensaje, y otros venían para que él los sanara. Pero Jesús siempre buscaba un lugar para estar solo y orar.» Lucas 5:15-16
Para Jesús lo más importante era la comunión con su Padre y debemos imitar ese ejemplo. Primero Dios y luego lo demás. Más allá de como esté nuestra situación, lo que debemos hacer es estar a solas con Dios. Mientras más cerca estemos de Dios, más cambios veremos en nuestra vida, y como consecuencia nuestra relación con la familia o seres queridos será mejor.
PRIMERO DIOS, DESPUÉS LO DEMÁS
Hay muchas personas que se vuelven malhumoradas e irritables en sus hogares o en su servicio para el Señor porque descuidan su comunión con Dios o están demasiado ocupados en sus actividades diarias.
No es malo trabajar duro o servir en algún ministerio, al contrario, eso es muy bueno. Pero el problema puede ser que te preocupas mucho por los quehaceres y estás descuidando tu comunión con Dios; lo cual, no debería ser así.
“Ningún soldado se enreda en los asuntos de la vida civil, porque de ser así, no podría agradar al oficial que lo reclutó.” 2 Timoteo 2:4
Si queremos cambios en nuestra vida o familia, no podemos descuidar nuestra comunión personal con Dios ni debemos dejar que la preocupación nos robe la paz y nos haga enredar en cosas de este mundo.
Que primero siempre sea Dios y después lo demás. Verás cómo tu vida o situación va cambiando a la medida que vayas buscando a Dios.