Tus acciones hablan por ti, no importa lo que digas para convencer, sino están acompañadas de acciones no tienen ninguna validez. ¿Qué ven las personas en tus acciones?

¿Estás haciendo lo que Jesús hubiera hecho?

En el primer tratado, oh Teófilo, hablé acerca de todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar.
Hecho 1:1 (RVR 1960).

En este pasaje encontramos algo fundamental e interesante en la vida de Jesús «…comenzó a hacer y a enseñar». Lucas, a quién se le atribuye la autoría del libro de los Hechos, nos muestra que Jesús siempre daba el ejemplo antes de hablar; para Él, las acciones importaban más que las palabras.

De hecho, los evangelios (Mateo, Marcos, Lucas y Juan) están llenos de sus acciones y enseñanzas. Por esta misma razón, el Señor quiere que seamos imitadores de Él como hijos amados (Efesios 5:1).

Piensa un poco y examínate con estas preguntas: ¿Estoy haciendo lo que Jesús hubiera hecho? ¿Mis acciones glorifican al Padre Celestial? ¿Qué ven las personas en mi forma de ser?

Que nuestras acciones muestren a Jesús

Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.
Mateo 5:14-16 (RVR1960).

El Señor dice que somos la luz de este mundo y que debemos alumbrar de tal manera que otros vean a Cristo en nosotros. Es decir, Dios quiere que nuestras buenas acciones brillen en todo momento y lugar. En todo lo que hagamos y enseñemos.

Por lo tanto, que los demás vean a Cristo viviendo en tu vida y se acerquen por medio de ti para que tengan la oportunidad de cambiar sus vidas y ser transformados.

Que tus acciones y principios muestren a Jesús en todo momento y reflejen la presencia de Cristo.

Pero el que guarda su palabra, en este verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él. El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo.
1Juan 2:5-6 (RVR 1960).