Es impresionante cómo nos preocupamos por obtener cosas y por llenar nuestra casa de más cosas. Es un deseo interminable de poseer artefactos, coleccionamos zapatos, pinturas, adornos, incluso comida. Hay quienes llenan sus despensas y luego al tiempo se dañan las cosas y las tienen que botar.
Un vacío por llenar
Por otra parte, puede ser un deseo por llenar el vacío que no se puede llenar ni con esas cosas, ni con miles de fiestas, amigos o actividades. Hay un espacio en nuestra existencia que solo llena Dios y debemos estar conscientes de eso. De lo contrario, seguiremos intentando poseer más de lo que podemos sostener.
Después de todo, no trajimos nada cuando vinimos a este mundo ni tampoco podremos llevarnos nada cuando lo dejemos.
1 Timoteo 6:7 (NTV)
Tantas personas que se sienten infelices porque no tienen las posesiones que han soñado. Tantos que tienen tanto y no se sienten felices. No han entendido que hay cosas más importantes que los objetos, autos, casas, adornos y cosas que aprecian tanto.
Hoy día la posesión más importante es la salud
Es triste cuando vemos que un desastre natural se ha llevado todas las posesiones de miles de familias; su respuesta siempre es que están agradecidos de estar vivos. Y es cuando nos damos cuenta de lo que es realmente importante. Con la pandemia muchos concluimos que hoy día, lo más importante es la salud.
Nos cambió la perspectiva en muchos aspectos. También sentimos la importancia de estar compartiendo en familia y con amigos, es un tesoro que damos por sentado cuando no nos prohíben hacerlo. Ahora apreciamos de manera singular cuando nos podemos abrazar de nuevo, estar en la misma habitación conversando y compartiendo.
Es esencial que tengamos una perspectiva diferente acerca de poseer, acerca de lo que es realmente valioso. Son valiosas nuestras relaciones, es valiosa nuestra vida y son valiosas las huellas que dejamos; más aún si llevan a otros a los caminos de Dios. Valoremos todo lo que hagamos que señale a otros a Jesús.