Y para muchos, esa pregunta: «¿tienes un corazón bien fragmentado?» traerá a su mente un corazón hecho pedazos, pero en este caso es distinto. Queremos saber si lo has fragmentado para tener lugar para cada persona, cada cosa y por supuesto para Dios.

Toma decisiones

Hay quienes piensan que sienten que su corazón está dividido en amores por más de una persona. Lo hemos podido ver en algún programa de reality o en alguna película. La realidad es cuestión de elegir, de tomar decisiones. No se puede amar a dos personas de la misma manera.

Honren el matrimonio, y los casados manténganse fieles el uno al otro. Con toda seguridad, Dios juzgará a los que cometen inmoralidades sexuales y a los que cometen adulterio.
Hebreos 13:4 (NTV)

En esos casos, el corazón no está bien fragmentado. Está dividido entre dos amores y la verdad es que la persona no sabe exactamente lo que quiere. Cuando estamos claros, podemos tener divisiones, pero en cuanto a diversos tipos de amor. El que tenemos por Dios, el que tenemos por las amistades, por la familia.

¿Corazón fragmentado por lo material?

También existen aquellos que tienen el corazón fragmentado por un gran amor por su casa, por su auto y todas las cosas materiales que han logrado adquirir. Ese amor, no complace a Dios. Está bien que los obtengas, que te agraden y te des gustos si tienes la posibilidad, pero no los ames, no los conviertas en tus dioses.

Pero los que viven con la ambición de hacerse ricos caen en tentación y quedan atrapados por muchos deseos necios y dañinos que los hunden en la ruina y la destrucción.
1 Timoteo 6:9 (NTV)

No importa cuánto amemos a nuestra familia y nuestras cosas adquiridas, la prioridad en nuestro amor debe ser para Dios. Un corazón bien fragmentado tiene el espacio apropiado para Dios y la pureza necesaria para asegurarse de que Jesús vive en ese corazón.

Y no olvidemos el amor propio. A muchos se nos hace fácil colaborar con otros, servir a otras personas, comprar regalos para familiares o amigos, pero no para nosotros mismos. Es necesario, sin caer en la egolatría que es un exceso de amor propio, pero sí un poco para tener un corazón bien fragmentado.