Tu mejor vestidura no es la externa sino la interna. Puedes tener la mejor ropa de marca, las prendas más preciadas, incluso podrías poseer una hermosa apariencia, sin embargo ¿Cómo está tu interior? Pues ella es el reflejo de lo que hay en tu corazón y necesita ser atendida, alimentada y cuidada para que refleje el amor de Dios en tu vida.
Vístete de amor
La Biblia nos alienta a que que nos vistamos de amor:
Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto.
Colosenses 3:14 (RVR 1960)
No necesitas grandes cantidades de dinero para invertir en tu interior, sólo buscar a Dios de todo tu corazón para que Él te moldee y así haga de ti una persona completa capaz para seguir sus propósitos.
Cada día ponte tu mejor vestidura
Vestirte de amor es una práctica que debemos realizar a diario. Esto consiste en renovarnos en Dios, despojarnos del rencor, amargura, odio y todo lo que no aporta a nuestro crecimiento espiritual.
También conlleva a nunca cansarnos de hacer el bien a nuestro prójimo, incluyendo a quien se considera nuestro enemigo. Aunque parece ser muy difícil de hacerlo, si el amor es más grande, sin duda se logrará a amar a los demás sin excepción.
Tu mejor vestidura no es la externa
Al iniciar cada día, ten presente que antes de enfocarte en tu vestimenta exterior u otros afanes, debes concéntrate en tu vestimenta interior; para ello necesitas hablar con Dios, escucharlo y renovarte en su amor, así no sólo serás bendecido tú mismo sino bendecirás a los demás en gran manera.
¡Vístete de amor, pues es tu mejor atuendo!