Llegará el día en que Dios recompensará todas nuestras obras. Aquel día el Señor hará diferencia entre el justo y el injusto, entre el misericordioso y el inhumano.
Con esto no debemos confundirnos y creer que la salvación es por obras. De ninguna manera. La salvación es un regalo de Dios que se alcanza por la fe en Jesucristo.
Recompensa de las buenas obras
Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí.
Mateo 25:34-36 (RVR 1960).
Nada, absolutamente nada de lo que hagamos para el Señor es en vano. Toda acción misericordiosa y bondadosa que realicemos a favor de los necesitados será recompensada. Quizás en su momento no, pero cuando estemos delante de Dios, recibiremos la recompensa.
Por lo tanto, sigamos esforzándonos por ayudar a los necesitados y hagámoslo de todo corazón. Porque ayudar y amar a nuestro prójimo es un mandamiento. «No te niegues a hacer el bien a quien es debido, Cuando tuvieres poder para hacerlo. No digas a tu prójimo: Anda, y vuelve, Y mañana te daré, Cuando tienes contigo qué darle.» (Proverbios 3:27-28).
Recompensa de las malas obras
Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; fui forastero, y no me recogisteis; estuve desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis. Entonces también ellos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, sediento, forastero, desnudo, enfermo, o en la cárcel, y no te servimos? Entonces les responderá diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis.
Mateo 25:41-45 (RVR 1960).
La falta de compasión y misericordia no es característica de un hijo de Dios. Y la vida cristiana no solo se trata de expresar una fe, consiste en dar fruto. En vivir como Dios manda y obedecer sus mandamientos.
Santiago dice: «La fe sino tiene obras es muerta». Es decir, la falta de obras en una persona que dice ser cristiana revela un corazón que no ha sido transformado por Dios, porque cuando una persona es salva, las obras simplemente fluyen desde un corazón agradecido.
Examinemos nuestra vida y veamos si estamos haciendo buenas acciones. Nunca es tarde para empezar y corregir lo malo.