¿Tienes una actitud de agradecimiento por lo que has recibido? Recordemos la historia de Ana, ella pidió un milagro del Señor porque no podía tener hijos y anhelaba ser madre. Dios le concedió este regalo y ella le puso por nombre, a su hijo, Samuel que tiene un significado especial.

“Aconteció que al cumplirse el tiempo, después de haber concebido Ana, dio a luz un hijo, y le puso por nombre Samuel, diciendo: Por cuanto lo pedí a Jehová.” 1 Samuel 1:20 

Ana mostró una actitud de agradecimiento

“Y ella dijo: ¡Oh, señor mío! Vive tu alma, señor mío, yo soy aquella mujer que estuvo aquí junto a ti orando a Jehová. Por este niño oraba, y Jehová me dio lo que le pedí. Yo, pues, lo dedico también a Jehová; todos los días que viva, será de Jehová. Y adoró allí a Jehová.” 1 Samuel 1:26-28 

Recordando la historia de Ana quisiera resaltar su actitud de agradecimiento. Ella pidió un hijo, pero también hizo la promesa de dedicarlo para Dios, por tanto, cuando hubo destetado lo llevó al templo para cumplir con su palabra, adorando y dando gracias al Padre.

En su lugar muchas mujeres se hubieran arrepentido de esta promesa, no tendrían una actitud de agradecimiento, sino de queja o se volverían a deprimir por esta decisión; si bien debió ser doloroso para Ana, lo que prevaleció para ella fue el agradecimiento que tenía al Señor en su corazón.

Samuel creció en el templo siendo un gran hombre de Dios, aquel que escuchaba su voz y llevaba el mensaje divino que la gente necesitaba, porque los demás líderes de ese tiempo estaban en pecado. Por otra parte, se encontraba con su madre cuando ella iba al templo y el Señor también bendijo a Ana con otros hijos.

¿Eres agradecido?

El Señor desea que tengas una actitud de agradecimiento, que cumplas tus promesas y adores su nombre. Es tiempo de dejar de quejarse o lamentarse, recuerda que Dios te ama, te dio un valor incalculable y nos da más de lo que merecemos.

Te animo a darle gracias por tu vida, a empezar a cumplir tus promesas con amor y gratitud, a servirle con gozo y con todas tus fueras, por Él te ama y te ha cuidado desde pequeño.